Por Ley 26.277, la Argentina declaró se conmemore el “Día de las Heroínas y Mártires de la Independencia de América cada 12 de julio, en conmemoración del nacimiento de la Teniente Coronel Juana Azurduy de Padilla”.
Juana Azurduy que acompañó a su esposo Manuel Ascencio Padilla en el liderazgo de la de las luchas por la emancipación en el Virreinato del Río de la Plata.
En 1813 Padilla y su esposa Juana Azurduy se pusieron a las órdenes de Belgrano, nuevo jefe del Ejército Auxiliar Argentino, llegando a reclutar 10.000 milicianos.
A la muerte de su esposo asumió la comandancia de los ejércitos que conformaban la luego denominada Republiqueta de La Laguna, por lo que es honrada su memoria en la Argentina y en Bolivia. Hablaba el castellano, quechua y aymara.
Juana Azurduy organizó luego el “Batallón Leales” que participó en la Batalla de Ayohuma el 9 de noviembre de 1813, que significó el retiro de los ejércitos argentinos del Alto Perú. A partir de ese momento Padilla y sus milicianos se dedicaron a realizar acciones guerrilleras contra los realistas.
Azurduy lideró la columna que atacó el cerro de Potosí, tomándolo el 8 de marzo de 1816. Debido a su actuación, tras el triunfo logrado en el Combate del Villar recibió el rango de teniente coronel por un decreto firmado por Juan Martín de Pueyrredón, Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, el 13 de agosto de 1816. Tras ello, el general Belgrano le hizo entrega simbólica de su sable.
El 14 de noviembre de 1816 fue herida en la Batalla de La Laguna, su marido acudió a rescatarla y en este acto fue herido de muerte.
El cambio de planes militares, que abandonó la ruta altoperuana para combatir a los realistas afincados en el Perú, por la vía chilena de San Marín, disminuyó el apoyo logístico a los Leales comandados por Azurduy, que se replegó hacia el sur, uniéndose finalmente a Martín Miguel de Güemes. A la muerte de Güemes y sin apoyo de ningún tipo se vio reducida a abandonar las acciones.
Pasó varios años en Salta solicitando al gobierno boliviano, ya independiente, sus bienes confiscados. El mariscal Antonio José de Sucre le otorgó una pensión, que le fue quitada en 1857 bajo el gobierno de José María Linares. Finalmente Juana Azurduy murió indigente el día 25 de mayo de 1862 cuando estaba por cumplir 82 años y fue enterrada en una fosa común.
Su restos fueron exhumados 100 años después, para ser guardados en un mausoleo que se construyó en su homenaje en la ciudad de Sucre.
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